QUINTANILLA DE TRES BARRIOS

Para ese aprovechamiento se tenía establecido un sistema de labrantío y de pastos por el cual ambas funciones, la de laborar la tierra y la de comer los animales, quedaban bien demarcadas. El término municipal estaba dividido en dos partes, denominadas “añadas”. La demarcación del terreno aparecía trazada en sentido este-oeste, y tenía sus puntos delimitados en la entrada del pinar (chozo de la Gotera) y el puente de la carretera, más o menos. O sea la columna vertebral del término, y a uno y otro lado se repartían las añadas. Alternativamente el labrantío y el pastoreo ocupaban una y otra extensión de terreno sin estorbarse. De tal manera el ganado no irrumpía en la parte sembrada y abonaba el terreno y por otra parte los labradores no se resentían de las posibles incursiones del ganado, no ya sólo lanar, sino mular, vacuno, cabras y cerdos. Al siguiente año cambiaban de turno, el ganado aprovechaba el pasto que el año anterior había estado en rastrojera y por el contrario los labradores laboraban la tierra descansada y con estiércol. No por ello los ganaderos dejaban de pagar pastos al común vecinal en función del número de cabezas que cada propietario tuviera y de la clase de animales que llevaran a pastar.  

 

Juntas locales Agrícolas

Acta de Constitución de la Junta Local Agrícola. Sesión del día 27 de noviembre de 1940. “Reunidos los señores que a continuación se expresa en la Casa consistorial y bajo la Presidencia del Sr. Alcalde, don Luis Aguilera Lafuente… y seguidamente el Sr. Presidente hizo presente que el objeto de la reunión era hacerles saber el Decreto del Ministerio de Agricultura… inserto en el Boletín oficial de la provincia número 260… en el cual se ordena en su artículo segundo la constitución de esta junta compuesta como Presidente el Sr. Alcalde, don Luis Aguilera Lafuente, como Vicepresidente, don Miguel Moraga Pérez, por no estar organizada la F .E T. y de las JONS en esta localidad y habiendo sido el mismo designado por el Sr. Presidente y vocales a ejercer dicho cargo como afiliado… han sido nombrados los tres agricultores que menciona esta orden por los agricultores afiliados a este partido C. N. S. que en el mismo es Jefe local don Joaquín Romero Cabrerizo, que son don Benito García Romero, Mauricio Romero Catalina y don Julián Carro Lafuente, los cuales han de constituir la junta en unión del Sr. Alcalde y afiliado a F. E. T. y de las JONS, don Miguel Moraga Pérez, los que aceptando el cargo queda constituida esta junta en la forma siguiente: Luis Aguilera Lafuente, como Alcalde Presidente, Miguel Moraga Pérez, afiliado a la F. E. T. y a las JONS, como Vicepresidente;  Benito García Romero, Mauricio Romero Catalina y Julián Carro Lafuente, afiliados a la C. N. S. como vocales.

Los señores concurrente quedaron enterados de dicho decreto acordando se dé un bando para todo labrador que necesite dicho auxilio, para poder llevar a cabo los trabajos de sementera, lo solicite del Sr. Alcalde Presidente en esta junta para presentarlo si lo cree necesario inmediatamente tanto de semillas como de ganados, brazo y arados con el fin de que ningún agricultor quede sin sembrar sus fincas…

Como se puede apreciar por el citado documento, la Hermandad de Labradores y Ganaderos acabaría sindicada, al igual que el resto del territorio nacional mediante la Ley de Organización Sindical de 2 de septiembre de 1941 que dispuso que se incorporaran a ellas los servicios u organizaciones establecidas por los sindicatos agrícolas que se habían ido constituyendo y que se regirán por el Decreto de 17 de julio de 1944 y la Orden de la Presidencia de Gobierno de 23 de marzo de 1945. Estas instituciones sindicales se organizan de una forma piramidal a cuya cabeza se sitúa la hermandad provincial que integra a todas las hermandades sindicales comarcales situadas en las principales cabezas de partido y, que a su vez encuadran a las de ámbito local que nacen en cada pueblo de la provincia. Además se establecieron tres tipos: La hermandad sindical de labradores, la hermandad sindical de labradores y ganaderos y la hermandad sindical mixta cuando además de las actividades ganaderas, agrícolas y forestales realizan alguna otra.

Por lo cual las hermandades debían integrar a afiliados considerándose “encuadrado a todo productor de cualquier categoría profesional que dedique sus actividades a las distintas manifestaciones del agro de sus industrias inseparables o auxiliares en la localidad donde esté enclavada la hermandad”, mientras que son afiliados “aquellos encuadrados en las hermandades que voluntariamente lo desee, cubriendo para ello el Boletín de inscripción (...) y que cumplan las obligaciones que determina la orden de Presidencia del Gobierno de 23 de marzo de 1945 y estatutos por los que se rigen las hermandades”. Además del encuadramiento de su estructura estaba formada por un Jefe de hermandad, Secretario Contador, miembros de Cabildo y Jefes y Vocales de las Juntas y Secciones. El Jefe de la hermandad, cabeza visible de la organización, era nombrado por el Delegado Sindical Provincial, a propuesta del Jefe Local de FET y de las JONS y según las ordenanzas se procuraba “ que el nombramiento recaiga en el mejor productor y de más elevado espíritu nacional sindicalista del Municipio, el cual no podrá ser otro que aquel que con más esmero cultive su explotación; el que consiga de ella el mayor rendimiento; el de más prestigio profesional y particular y que de por sí sea ejemplo de honradez, laboriosidad y competencia, mereciendo la confianza de los demás labradores y ganaderos”.

Con estas perspectivas, los agricultores del pueblo votaban al que consideraba más idóneo de entre los socios y que por lo general recaía, ciertamente, en los mejores cosecheros, tal es el caso de Joaquín Romero Cabrerizo, Benito García Romero, los hermanos Marcelo y Julián Carro Lafuente... Periódicamente tenían lugar votaciones para nombrar vocales por una y otra parte, agricultores y ganaderos, lo mismo que el presidente. Se trataba de una asociación que, francamente, velaba por los intereses de sus haciendas. Lo mismo daban parte de las pérdidas ocasionadas por un apedreo, como aconteció en 1947, cuyo montante notificado fue de 98.710 pesetas; que las repercusiones de la filoxera en el viñedo del término del pueblo conjuntamente con el de San Esteban, en el año 1935, cuya notificación fue enviada al ministro de obras públicas por ver si debido a la muy delicada situación de los 200 obreros que se ocupaban de realizar estas faenas se pueden utilizar en “la construcción del camino vecinal, podría darse trabajo a los mencionados obreros que se hallan en paro forzoso que humildes y resignados sólo aspiran a trabajo para mitigar el hambre de los mismos y de sus familias”. El citado camino no es otro que el que uniría al pueblo con la carretera de San Esteban de Gormaz, cuya longitud era de 4,231 kilómetros y ya estaba aprobado por la Excelentísima Diputación de Soria. Lo que se pretendía era adelantar la obra para poder dar trabajo a estos jornaleros.

La Hermandad de labradores y ganaderos tenía su festividad, que no era otra que el día 15 de mayo, San Isidro. Aquel día el pueblo se vestía de gala para dar colorido a la celebración. Se preparaba una yunta de machos engalanados con colchas, y con adornos en las colleras y otros aperos, se uncían y se les colocaba el arado (sin reja) como si fueran a labrar alrededor del pueblo en procesión. El labrador también se vestía para la ocasión disfrazado de santo patrón, cuya imagen acompañada por los asistentes cantaban y rezaban en el trayecto desde la salida de la iglesia a la que retornaban una vez dada la vuelta. El jefe de la Hermandad, alforja al hombro, iba sembrando caramelos y confites a cuyo encuentro acudían veloces los más pequeños y también los mayores. Ese día era considerado de fiesta grande y por la tarde había juegos y merienda para los hombres.  

 

 

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