Quintanilla de Tres Barrios, como la mayoría de los pueblos de su condición, posee toda una nómina de costumbres y tradiciones que en su día fueron caldo de cultivo del ocio, de la diversión y de la faena cotidiana. Aunque gran parte de ellas han desaparecido del panorama que las vio nacer por encontrarse fuera de contexto o simplemente por desidia, todavía perviven algunas que por motivos de raigambre afectiva o por un significado especial han escapado del olvido generacional. En conjunto todas ellas forman parte de lo que sería el patrimonio cultural de un pueblo cuya riqueza como folklore puede ser perfectamente comparable al patrimonio artístico.   

lSe dice que el pueblo que ora su historia, sus costumbres y sus tradiciones difícilmente podrá encontrar su identidad. El folklore de un pueblo se mide tanto por el tamaño cuantitativo como cualitativo y ello enriquece su cultura. A través de esta presentación se intenta dar a conocer todas aquellas manifestaciones marcadamente características que un día no muy lejano plasmaron la idiosincrasia de las gentes de Quintanilla de Tres Barrios por su forma de actuar y el modo de ser y de comportarse. No es ni más ni menos que un entreverado de actuaciones y representaciones intercaladas entre el quehacer cotidiano y las celebraciones. Una condensación entre el labora, el ora  y el disfrute, de los que fueron saliendo el amplio abanico de muestras que a lo largo de esta presentación se van a ir exponiendo.