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Bajo esta denominación se engloban aquellas canciones que por su contenido
podían ser calificadas de indecorosas y ofensivas al pudor y merecían la
reprobación o el rechazo de la gente. Eran canciones prohibidas dentro del
entorno del pueblo y en presencia de ciertas personas que podían “alarmarse” al
escucharlas. La letra, por lo general, habla de sexo y fornicación y
evidenciaban las prácticas de sus protagonistas. Este tipo de canciones solían
cantarse en lugares aislados donde no eran oídas de manera fácil, por ejemplo en
la bodega, donde la profundidad se tragaba la audición, o en el campo, buscando
el momento apropiado sin nadie alrededor al que pudiera molestarle.
Los mozos eran quienes las cantaban. Algunas hacían alusión al paso por el servicio militar y hablaban de la portentosidad con las mujeres. Eran las típicas coplillas de picadillo entre veteranos y reclutas.
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