Romances de Pasión y Tragedia de Amor
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Decíamos más arriba que los romances acaparan una temática que por lo general se acentúa en algunos aspectos. ¿Qué suelen narrar las coplas y los romances? En general sucesos acaecidos en los que la fantasía se encargará de añadir finas dosis de sensacionalismo. En este punto, el desenlace tomaba la forma de trascendentalidad que el autor o recitador quisiera conceder a la versión. A falta de noticias difusoras, solía ser el “caso” acaecido. Por lo general solían reflejar crímenes “según lo dice el papel”, noticias o hechos por los que se interesaba el pueblo. Otro de los temas tratados es el de las aventuras transformadas en fantasías misteriosas que en ocasiones responden a un final truncado y en ocasiones a una imaginación desmesurada.

 Los romances de pasiones y tragedias de amor quizá sean los más difundidos. Y el tema gira en torno a la mayor llamarada de amor, a la muerte por abandono del ser amado o al asesinato de la novia a manos de su amado, todo ello aderezado de una ampulosidad desmesurada.

Romances

Esta magnífica recopilación de “romance de ciego” es uno de tantos de elegía amorosa. La tradición reelaboró el tema convirtiéndola en un singular esbozo de amor y muerte. La tragedia ronda el casamiento forzoso que culmina con el asesinato y la posterior huída con su amada, tema éste bien conocido hasta no hace tanto en que las familias solían concertar los matrimonios de los hijos incluso desde la niñez. Aquí el novio es obligado, por voluntad expresa de los padres bajo fundadas amenazas de desheredamiento, a casarse con la mujer a la que no desea. La supremacía del rango obliga al novio a casarse con una rica heredera de su condición a la cual desprecia.

La venganza de Anastasia

Tema muy característico el del abandono del novio por amor a otra mujer, como se ha visto en “El crimen de Irún”. La versión de “La venganza de Anastasia” entra de lleno en ese tipo de romances de ciego o de cordel en que la novia defiende su honra vengándose alevosamente del sutil engaño padecido. La virginidad ha sido una consideración pura e intachable. Lo ha venido siendo como “mancha” y quien lo recibía se consideraba una desgraciada para siempre. Y mucho más por ponerla en evidencia. La joven que perdía su virginidad, manchada por otro hombre, era un ultraje en toda la regla que merecía una venganza. Irremisiblemente rozaba lo trágico para el resto de su vida.

La hija vengada

Testimonial resulta también este romance, idéntico al de “La venganza de Anastasia”. El desenlace es bastante más trágico, ya que después de haber prometido su amor, después de haber gozado de ella, después de poseerla y dejarla embarazada, no sólo la repudia sino que la envenena para no verse forzado a casarse con ella. Será el padre quien vengue su muerte. En el romance se pone de manifiesto el favoritismo de la clase alta ante la ley, la compra de la libertad con dinero.

El novio criminal

El romance del “Hijo hallado”, además de ser uno de los que más se cantaba o recitaba, es un caso típico de la madre que da a luz a un hijo indeseado porque se produce fuera del matrimonio. Madre soltera de buena posición económica y social que para no manchar la honra de la familia se ve obligada a entregar a su hijo a la primera persona que le resulta de cierta confianza. A veces el destino depara un final feliz, como en este caso.

El hijo hallado

El abandono o el maltrato de los hijos fue motivo, también, de una serie de romances que ponían en evidencia la situación por la que atravesaban, por diferentes motivos o circunstancias. El ejemplo del siguiente romance es un caso típico que se ha venido repitiendo en el seno familiar por las crueldades o vejaciones a las que algunos padres sometían a sus hijos para complacer a sus instintos inhumanos y a sus parejas, como es el caso.

Hay otras situaciones en las que se refleja el estado de abandono y miseria en que se ven comprometidos los más pequeños por consecuencias bélicas. El titulado como “El sitio de Zaragoza” evidencia la vida que llevan dos huerfanillos caídos en desgracia tras fallecer sus padres.  

El jilguerillo

En el siguiente romance vemos cómo la necesidad imperiosa de comer lleva a su protagonista a pasar una serie de peripecias con tal de llevarse algo a la boca. Pero la burla y el escarnio padecido hacen del tema un motivo de chanza.

El pobrecito gallego

Entramos de lleno en otro de los capítulos en los que más se ha basado el romancero tradicional: las peripecias sobre las guerras y sus protagonistas. Hubo cierta apreciación por las composiciones que hablaban de las batallas victoriosas y de quienes en ellas participaron. A destacar el papel estelar que en ocasiones convertía en héroe a soldados atrevidos, mucho más si el protagonismo recaía en una mujer. El caso de “La mujer soldado” es uno de los más conocidos.   

La mujer soldado