La coronela
Estaba la coronela / a la puerta del cuartel
esperando a su marido / por ver si le puede ver. (bis, estrofas)
Ha salido un teniente / que hace la buena mujer,
esperando a mi marido / por ver si le puedo ver. (bis, estrofas)
Si usted me diese las señas / le pudiera conocer,
mi marido es alto y rubio, / colorado como usted. (bis, estrofas)
Por las señas que me ha dado / lo mataron hace un mes,
y lo mataron en Francia / a la puerta de un cuartel.(bis, estrofas)
Había cuatro soldados / y de los cuatro, uno era él,
y en el testamento dice / que me case con usted. (bis, estrofas)
Siete años llevo esperando / y otros siete esperaré
si a los catorce no viene / monjita me he de meter. (bis, estrofas)
Porqué pa´ un hijo que tengo / fraile le pienso meter
y si no quiere ser fraile / que vaya a servir al Rey. (bis, estrofas)
Ya que haya muerto su padre / razón es que muera él,
ya que haya muerto su padre / razón es que muera él.
Estaba la coronela / a la puerta del cuartel
hablando con su marido / y no le pudo conocer. (bis estrofas)
Informante: Fermina García Carro, 14 de noviembre de 1986
Ábreme la puerta sol
Cuando yo me eché a ladrón / en los montes Pirineos
lo primero que robé / fueron unos ojos negros.
Fueron unos ojos negros / que de noche iba a verlos
de noche te vengo a ver / porque de día no puedo.
Porque de día no puedo / porque me marcho al trabajo
hay se quedan mis amores / en la ventana de abajo.
En la ventana de abajo / en la ventana de arriba,
Rosita de los rosales / Rosita de Alejandría.
Si te vas a Barcelona / con quién me voy a quedar yo
con tus padres y los míos / que a septiembre vuelvo yo.
Se te vas a Buenos Aires / y quien te conocerá
vale más una gran pena / que una larga enfermedad.
Que te pasa soldadito / que te pasa que no te alegras
es que te marea el mar / o el humo de las candelas.
No me marea el mar, / ni el humo de las calderas
que en el día de casarme / me trajeron a la guerra.
Y he dejado a mi mujer / ni casada ni soltera
que en el día de casarme / me trajeron a la guerra.
Tan bonita es tu mujer / que tanto te acuerdas de ella
echó la mano al bolsillo / y sacó una foto de ella.
Mira si sería guapa / mira si sería bella
que hasta el mismo capitán / prendadito quedó de ella.
Toma licencia soldado / y vete con tuya prenda
que por un soldado menos / no se va a perder la guerra.
Abreme la puerta sol, / ábreme la puerta bella,
la puerta no la abro yo / mi marido está en la guerra.
Abreme la puerta sol, / ábreme la puerta bella,
que por tu cara bonita / me he librado de la guerra.
Se cruzaron de palabras / se dieron a conocer
se dieron besos y abrazos / como marido y mujer.
Informante: Victorino Torre García, 11 de septiembre de 1986
La mujer soldado
En un pueblecito asturiano / allí una niña nació
y sus padres al momento / le vistieron de varón.
Y según la gente dice / esta familia tenía
un pariente que es muy rico / que era tío de la niña.
Quien era ese señor tan rico / que a la familia le habló
de que dejaba su fortuna / al primer hijo varón.
Entonces aquellos padres / llevados por la codicia
la vistieron de varón / ocultando que era niña.
Julio le ponen por nombre / siendo Julia el verdadero
al cumplir los cuatro años / ya le llevan al colegio.
Estudiaba con afán / en aquel mismo colegio
todos le apreciaban mucho / por su buen comportamiento.
A los diecisiete años / a la mili se alistó
en el parque de automóviles / a Valladolid marchó.
Cuando llegó allí / era digno de admiración
cumpliendo con sus deberes / como era su obligación.
Al cabo de varios meses / Julio una novia se echó
era una chica muy guapa / que de él se enamoró.
Se cogían de bracete / y por la calle marchaban
como dos enamorados / siempre al cine la llevaba.
Julio con sus compañeros / las tabernas visitaba
copa va y copa viene / como si nada pasara.
Así fue pasando el tiempo / y así la mili cumplió
y cuando menos pensaba / el caso se descubrió.
Allí en el mismo cuartel / una cartera faltó
conteniendo algún dinero / que el coronel ordenó,
que todos se desnudaron / para encontrar al ladrón.
Y todos obedecieron / pero Julio dijo, no
Vamos Julio, ¿Qué es lo que haces? / Desnúdate enseguida
no quiero que ahora quedes / mal por esa tontería.
Y Julio le contestó / yo no me desnudaré
sepa usted mi coronel / que yo soy una mujer.
Vamos Julio no bromees / por lo que pueda pasar
ya sabes que en estos casos / no se puede bromear.
Y Julio le contestó / yo no quiero bromear
lléveme usted al doctor / y lo podrá comprobar.
Todos los allí presentes / atónitos se quedaron
todos con la boca abierta / sin decir una palabra.
Que han estado tanto tiempo / y sin llegarlo a saber
durmiendo tranquilamente / al lado de una mujer.
Aquí termina la historia / de este caso tan raro
que ocurrió hace unos años / con una mujer soldado.
Informante: Salvador Torre García, 10 de septiembre de 1986